Social employee o los empleados como embajadores de la marca

Agencia comma

La semana pasada participé de un desayuno de trabajo sobre Social Employee de la mano deSonia Ruíz Moreno de Pridecom, y de DIRCOM.

Parece que hablar de Comunicación Interna a estas alturas de la película está ya superado y ahora hablamos de redes sociales corporativas apoyada, como no podría ser de otra forma, en la tecnología de la nueva comunicación.

Se habló de las principales ventajas de las distintas plataformas, de los sistemas móviles, de la mejora de la comunicación, de las vías de reconocimiento, de los procesos, de la gamificación, de Apps, de información fundamental…

Sin embargo, los allí presentes – representantes, en su mayoría, de grandes corporaciones nacionales e internacionales- se declararon casi al unísono reticentes en el éxito logrado en los objetivos de la puesta en marcha de dichas plataformas.

La realidad es bien diferente de lo que la teoría explica. Las redes sociales empresariales son, en ‘bruto’, una gran idea, como lo fueron en su momento los tablones de anuncios, los buzones de sugerencias, las newsletters, etc. Entonces se trataba de un proceso comunicativo puro y duro (emisor – mensaje – canal – receptor) Ahora, la cosa ha cambiado y se trata de pura conversación. Pero… ¿está la empresa preparada para esa conversación?

Los ejemplos que allí se contaron nos suenan a todos de una u otra forma. Una cosa son las herramientas tecnológicas existentes, muchas y muy completas (IBM, Google, Igloo, Zyncro, Novell, OpenText, Telligent…) y otra muy diferente la cultura corporativa que las acoge. Me consta que el presidente de una de las empresas del Ibex se hizo construir un ascensor directo desde el garaje a su despacho para no tener que encontrarse con nadie de la empresa en el trayecto. No sé cómo andará esta empresa de herramientas de social employee pero de seguro que o el presidente cierra este ascensor o todo trabajo y esfuerzo en comunicación interna será en vano.

De la misma forma que las compañías opacas y reticentes en comunicar no pueden entrar de lleno en una filosofía comunicativa 2.0, las empresas que no apuesten por la transparencia, el debate, la confianza, la privacidad, la ausencia de represalias… lograrán milagros por la instalación de plataformas corporativas 2.0 Y, eso es tiempo. Mucho tiempo. No hay nada milagroso.

La nueva comunicación interna requiere un cambio de paradigma, una apuesta por otro tipo de filosofía de empresa más abierta, transparente, flexible y agradecida que lo que venía siendo hasta ahora. Una vez que los empleados, y sobre todo los jefes, se empapen de esos cambios, de esa transparencia, de esa actitud, que lo vean, lo sientan, la transmitan y, sobre todo, se lo crean… las redes sociales corporativas tendrán valor y serán rentables y podremos entonces hablar de Embajadores de la marca. Empezar la casa por la ventana nunca dio fruto alguno.

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7 comentarios

  1. Silvia,
    No puedo estar más de acuerdo contigo…nuestro trabajo como profesionales de la Comunicación Interna debe ser entendido como el de impulsores de la transformación cultural que necesitan nuestras empresas en este cambio de época. Sin cultura colaborativa, el talento (ese social employee del que hablábamos) se esfumará y las herramientas no conseguirán cumplir su labor.
    Las redes sociales corporativas deben verse como una herramienta al servicio de una nueva comunicación interna con ambición transformadora.
    Un abrazo,
    Sonia Ruiz

  2. Totalmente de acuerdo, Sonia. El problema es que intentamos que sea la herramienta la que provoque la transformación. Y eso no es posible. Debemos convencer a nuestros empresarios de que el diálogo y la conversación con el público interno es vital para la marca. Y para el negocio.
    Gracias por tu aportación.

  3. Suscribo plenamente lo apuntado en el artículo, Silvia, así como el comentario de Sonia.

    Al final trasladamos a las herramientas unos poderes y responsabilidades que no tienen y que jamás tendrán.

    Sin valores y actitud previos, da igual que utilicemos un tamtan o la más sofisticada red social corporativa. El resultado va a ser el mismo: ninguno.

    Podríamos resumirlo en: ser (tener unos valores), hacer (ponerlos en práctica) y solo entonces comunicar.

    Muchas gracias a ambas.

    Un saludo!

    1. Luis Miguel, tu resumen me parece perfecto: Ser, hacer y comunicar. Ahora sólo nos queda convencer a las empresas de ello. Intentar que entiendan que estar en redes sociales sin haber abierto las puertas de sus casas en la vida no tiene sentido es ya una heroicidad.
      Gracias por tu aportación.

  4. Pingback: Por qué es importante detectar a los influencers internos de la empresa Zyncro Blog: el blog de la empresa 2.0

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